Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



jueves, 10 de mayo de 2012

Mitad monje, mitad soldado

Como los antiguos templarios europeos o los modernos Sikhs de la India. Así me siento en este nuevo regreso a España, mitad monje mitad soldado…

Aunque los Sikhs lo son realmente, mitad y mitad. Logran vivir en el mundo material sin abandonar su prioridad, la espiritualidad. Yo no lo soy porque a veces me siento más monje y a veces más soldado.

Por un lado, el del soldado, estoy con ganas de lucha, de hacer el trabajo que creo, en realidad sé, que me corresponde. El de llevar la meditación y todos sus derivados (la autoindagación, la búsqueda de lo que hay más allá de la mente y del ego, la conexión con nuestro verdadero ser, el encuentro con la paz interior…) a lugares donde ahora no está. A la gente que precisa algo sin saber muy bien qué es, a los que están mal y no saben que tienen gran parte de la solución si no toda, dentro de ellos, a los que están muy bien pero algo les falta, a los que quieren estar mejor, a quienes nunca se han atrevido a mirar para dentro y sienten que ahora es el momento… También a las empresas, a las escuelas de negocios, al “estilo de vida” occidental, en el más amplio sentido de la palabra… En definitiva, introducirme de nuevo en este mundo porque no puedo cumplir esa misión si nadie me conoce, si nadie sabe donde estoy, si no me muevo…

Pero es un mundo en el que no me siento especialmente cómodo, en el que matan a un amigo de un tiro y él sigue girando y que precisa estar alimentando esos giros con más y más dinero. Donde la gente no es ella misma porque se ha creído realmente los personajes que representan y se los toman muy en serio… El mundo que, como escribí hace tiempo, para mí no existe.

Probablemente mi trabajo, como soldado, sería ayudar a que la gente se de cuenta de que son actores en esta película y que, siendo consientes, si quieren pueden cambiar el guión. Aunque vaya por donde vaya la trama, en realidad no es importante porque sigue siendo una peli. A veces de risa, a veces un drama, a veces de terror… Pero una película al fin y al cabo.

Pero, en el lado del monje, necesito silencio, exterior e interior, paz, tiempo para la meditación… Muchas veces me vienen ganas de irme retirando cada vez más, plegando velas. Limitando cada vez más las necesidades y solamente estar más tranquilo, más aislado y recorrer el camino hacia dentro casi exclusivamente.

Pero, mientras tanto, el tiempo va pasando sin avanzar mucho en ninguna de las dos direcciones, en medio de ambas, como suele sucederme en los regresos al Planeta Occidente. Algo que exasperaría a cualquier soldado y sacaría de quicio a cualquier monje, pero donde yo estoy bastante tranquilo. Así que quizás si que consiga acercarme a los Sikhs, poco a poco. A ver si alcanzo su sabiduría.

¡Sat Sri Akal!*

*Saludo de los Sikhs, significa: Sat: Verdad, Sri: Título honorífico, Akal: el Ser sin tiempo, es decir, Dios. “Dios es la Verdad”.


Mi amigo Sergi murió en Livingstone, Zambia, hace poco tiempo de un disparo. Mi amigo Sahidji, maestro Sikh, murió en un hospital de Derahdun, India, dos semanas antes. Os quiero.


San Agustín del Guadalix. Mayo 2012