Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



lunes, 5 de octubre de 2015

Ait Ehla y el tiempo de héroes

Ait Ehla está en Marruecos, más concretamente en la cordillera del Atlas, cerca de Marrakech. No está en Siria, ni en Irak ni en Afganistán. Pero es que nosotros no somos héroes. Y es una pena, porque esta es una época en la que hacen falta héroes.

Nos vamos unos días a trabajar allí, a la montaña marroquí. En un proyecto que consiste en montar un parque infantil y en habilitar un aula de formación para los niños y sus madres. Porque en este tiempo en el que precisamos héroes, probablemente la educación y la risa son de los más poderosos. Que las mujeres puedan saber más y que los niños puedan ser más felices.

Cuando las mujeres saben más compensan el otro lado de la balanza. Ese lado en el que un solo hombre, porque casi siempre es un hombre, de los que piensan que Allah es grande y más grande todavía sí no queda nadie que adore a otros dioses, convence a otros hombres de eso mismo. Esa balanza que, de inclinarse hacia el lado perverso, perjudica a las mujeres, porque casi siempre son las mujeres, que deben tragar con el fanatismo que cambia sus vidas y las de sus hijas e hijos.

Cuando las niñas y niños ríen, cuando son felices, pocos fundamentalismos caben. Esas risas espantan creencias radicales y apuntan hacia futuros prometedores, que no pasan por abandonar familia y hogar para hacinarse en extrañas fronteras donde pocas veces son bien recibidos.

Claro que lo que vamos a hacer es poner un ínfimo granito de arena cuando lo que hace falta son cubos y cubos, pero, como dijo Eduardo Galeano:  Actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquillo, es la única forma de probar que la realidad es transformable. Y hay que probarlo una y mil veces, hasta que todos, o muchos, estemos convencidos que se puede transformar, que no hay que resignarse a ver lo que vemos por la tele a diario.

Y como siempre pienso y comparto, ¿por qué en Ait Ehla?  De nuevo fue la casualidad, el destino, el karma o los dioses, los que hicieron que hace unos años me cruzara con Samira Goundaffi, fuerte mujer bereber, de las que no se achantan ante esos hombres que pretenden enviar la sociedad unos siglos atrás. Hicimos un proyecto social juntos, en Imegdal, otros pueblo de las montañas. Samira dirige una pequeña ONG local que trabaja por el desarrollo de esa zona del Atlas, principalmente en lo concerniente a las mujeres y niños. Le dije que volveríamos y ahora lo hacemos, tarde pero lo hacemos. Este es un lugar donde hace mucha falta cooperar. Seguro que no es el lugar del mundo donde más falta hace, pero a esos otros sólo llegan los héroes, que afortunadamente existen y están haciendo lo que pueden. Como nosotros no lo somos, ponemos nuestro granito en un lugar al que si llegamos.

Cuando conocí a Samira no se hablaba tanto del fundamentalismo islámico. Actualmente proyectos solidarios como el que vamos a hacer cobran un mayor sentido, porque si siempre tiene sentido ayudar a que los niños rían y a que las mujeres aprendan, en esos lugares donde su acceso a la educación está más restringido, ahora creo que es la contrapartida más poderosa a la radicalización.

Al combinar un parque infantil con un aula de formación en este pueblecito bereber, perdido en las montañas a 2000 metros de altura, conseguiremos algo que ya hemos comprobado en otro lugar: los niños tiran de las madres para que les acompañen a jugar y los padres no suelen oponerse, sobre todo si conocen a la familia precursora del lugar. Una vez reunidas allí las mujeres, se les puede enseñar desde cocina saludable, primeros auxilios hasta evitar pasos atrás en la historia de su pueblo.

Esta “historia del nómada” es para pedirte ayuda para realizar este proyecto que tendrá una mayor dimensión en la medida que podamos permitírnoslo. Nos vamos la última semana de octubre y necesitamos gente que trabaje unos días con nosotros y gente que nos ayude económicamente para comprar los materiales necesarios. 

Así que si puedes y quieres aportar también un granito al cubo, aquí tienes un par de formas de hacerlo:
  • Ingresando lo que te parezca en la cuenta ES56 2100 1743 6702 0012 0822 que está a nombre de Gonzalo Vivas poniendo "Proyecto Ait Ihla" y tu nombre. Cualquier ayuda será muy bien recibida y aprovechada. Y si nos envías un email diciéndonoslo, mucho mejor.
  • Viniéndote con nosotros. Pasaremos unos días un poco perdidos de la civilización, viviendo en el pueblo y trabajando, pero seguro que como experiencia vital es algo único. En este caso tendrás que cubrir tus gastos además de colaborar con el proyecto, ya que si no hay material, no hay trabajo que hacer... Estaremos por allí del 28 de octubre al 3 de noviembre, 2015. No hace falta venir todos los días.
Si quieres más información me contactas en arey@elnomada.es 

Y si puedes y quieres hacer algo por la gente que lo necesita pero no crees que esta sea una buena forma o consideras que hay otras causas más apropiadas, te animo a que participes en cualquiera de esas otras. Que no te lo impida la pereza o la duda, elige una y adelante.


Recuerda que es tiempo de héroes.


San Agustín del Guadalix. Octubre 2015