Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



domingo, 7 de noviembre de 2010

El pequeño Nicolás

Hola Nico,

Soy tu tío y te escribo desde la India, tu primera carta. Seguro que es la primera porque todavía no has nacido. Te la podrá leer tu madre, en un momento de esos en los que estáis los dos solitos, tranquilos. Y quizás, dentro de unos años, puedas leerla tú.

Lo primero que quiero decirte es que tienes mucha suerte por el lugar donde vas a nacer, no todos los niños la tienen. No sé quien ni dónde reparte los lugares, pero tú has sido muy afortunado y eso no debes olvidarlo nunca. Hasta en los peores momentos que pases, no olvides que debes estar agradecido, porque podrás elegir muchísimas de las cosas que pasarán en tu vida y tendrás multitud de ventajas que otros ni imaginan que existen.

No sé de donde vienes, probablemente tú tampoco lo recordarás, pero has aterrizado en este pequeño cuerpo que sólo debe preocuparse de crecer y de ser feliz. Lo primero irá sucediendo y a lo segundo intentaremos ayudarte.

Quiero contarte algo, ya desde tan pequeñito, para que crezcas sabiéndolo y nunca lo olvides.

Hay un antiguo dicho indio: “Esto también pasará”. Aparece en consultas de médicos, en cuentos, en historias… y quiero explicarte lo que significa.

A lo largo de tu vida pasarás por un montón de circunstancias. Buenas y malas, agradables y desagradables, tristes y felices… de todo tipo. Cada día, cada semana, irán sucediéndote cosas. Unas durarán mucho tiempo y otras apenas dará tiempo a que te des cuenta, unas se te harán larguísimas y otras estarás deseando que vuelvan a pasar… Pero recuerda siempre que “Esto también pasará”.

Todo pasa, nada permanece. Esto debes tenerlo claro cuando estés sufriendo, porque no hay un dolor sin fin. Pero también cuando te sientas muy bien, no te aferres a esa felicidad, porque también pasará. Intenta siempre ver las cosas sabiendo que son efímeras, que nunca son para siempre. De esta forma, con ese punto de vista (el del viejo dicho indio…), comprenderás la realidad. Entenderás que no debes depender de factores externos para recorrer tu camino, que estos simplemente te lo harán más o menos cómodo, pero sólo puntualmente.

Comprendiendo esto, que todo pasa y nada queda, podrás entender porqué el camino a recorrer es hacia dentro y no hacia fuera. Porque lo de dentro, tú, si eres para siempre, si eres eterno. Sólo tienes que descubrirte.

En el camino hacia fuera, por mucho que seas, que tengas, que domines, que mandes… sólo eres, sólo somos un puntito, dentro de otro puntito en mitad del universo.

Quiero que sepas algo más. Y es que siempre serás responsable de ti y eso es algo que debes aceptar. Muchas veces no podrás cambiar las circunstancias externas, que podrán ser incómodas o desagradables, pero siempre podrás decidir como interiorizarlas. Cuanto lleguen a afectarte dependerá de ti, si haces un mundo de una pelota o haces una pelota de un mundo. Pero siempre puedes recurrir al viejo dicho indio…

Eres muy pequeñito, tanto que todavía no haría falta escribirte esto. No porque no lo entiendas, sino porque todavía lo entiendes. Pero, yo te lo cuento, por si, como nos va sucediendo a todos, lo vas olvidando…

Recorre ese camino que ya conoces y no des importancia, o dale sólo la justa a todas esas cosas externas que siempre pasarán.

Y, además, quiero pedirte una cosa. Quiero que te fijes en un momento preciso, en ese momento en el que dejas de vivir en el presente. Desgraciadamente te pasará, porque a todos nos pasa. Pero quizás sirva de algo que te des cuenta.

Mientras somos bebés, mientras somos niños, sólo nos preocupa el ahora. De repente, empezamos a pensar en lo que pasará mañana, o a recordar cosas del ayer… Ahí empieza el juego de la mente y desaparece completamente el momento actual.

¿Coincide cuando decimos “ya es todo un hombrecito”?. Probablemente haberte convertido en un hombrecito significa haber cortado el último hilo que te unía con la realidad. Porque el momento presente es la única realidad, el pasado murió y el futuro no existe. A partir de ahí, hay que empezar a tejer de nuevo…

Nunca te conviertas en un hombrecito, Nico.

A mí a veces me verás mucho y a veces me verás poco, pero no te preocupes, eso también dará igual. Ya sabes que nuestra conexión, del corazón, no depende de eso.

Bienvenido a tu paso por aquí.


Risikesh. Agosto 2007

5 comentarios:

  1. Muy lindo, Nómada!
    Me encantó!
    Gracias,
    Guillermo Echevarria

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  2. Great Alfredo!!! bonita carta a tu sobrino. Lo demás también. Espero ansioso las próximas entradas. Hablamos, un abrazo. Luis

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  3. Yo le escribí una carta a mi sobrina, cuando nació. Las instrucciones eran que no la abriera hasta que tuviera 18 años. Ahora tiene 14, y yo no recuerdo lo que escribí...

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  4. Siempre viene bien releer esta historia :)

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  5. Hola Alfredo, soy Irene, amiga de Anna Karin. Gracias por este regalo. Con tu permiso lo querría compartir con otras personas."Cuanto lleguen a afectarte dependerá de ti, si haces un mundo de una pelota o haces una pelota de un mundo." ¡Fantástico!

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