Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



martes, 30 de noviembre de 2010

Hari Om (Planeta India)

Hari Om es el saludo más sagrado en la India y de los más utilizados en la zona donde me encuentro, pero para fieles lectores es algo mucho más importante. Es el hotel donde continúo alojado.

Por el día las cosas transcurren con normalidad en mi habitación, quiero decir que, como no estoy, no sé lo que pasa. Pero de noche, al acostarme, empiezan a oirse ruidos, como cacofonías…

Lo primero que se oye es el pis del de la habitación de al lado, y se oye tanto que te quedas esperando las últimas gotitas… No hay, es chica (que de todos es sabido que las reabsorben)

Por cierto aprovecho para contaros (viene al caso, es de pis) una anécdota de por aquí, una ocasión en la que estaba en un urinario al aire libre. (Era un urinario de verdad, si no diría la puta calle). En fin, estaba ahí con las manos ocupadas y, de repente, a la altura de mi cara, aparece una víbora mirándome. ¿Qué coño se hace con una víbora en la cara, si tienes la propia agarrada? Pues encomendarte al dios de las víboras, que seguro que aquí lo hay, cerrar los ojos e intentar seguir a lo tuyo…

¿Seguir? Tres días sin mear estuve… Pero hubo suerte, no le interesó aparearse.

Continuando con los extraños ruidos… Después se oyen las toses de la misma u otra habitación de al lado. No sé como explicar mi sensación, una mezcla de pena, asco, curiosidad… Creo que lo mejor lo define es miedo… Susto, pánico, terror. Parecía que iba a darse la vuelta. Que sensación sería verle al día siguiente al revés ¿cómo le reconocería? ¿Se reconocerá a la gente por su pancreas? ¿Servirá para eso el pancreas? ¿Cómo coño es un pancreas?

A esto añadimos perros con afán de notoriedad, monos en continua pelea de a ver quien la tiene más larga, motoristas con la mano pegada a la bocina creo que con la misma pelea que los monos, gente hablando a voces a cualquier hora de la noche, petardos que no se que coño celebran, pero parece que siempre son Fallas y, ahora, además, la suerte de que es la época de las bodas y la música está a tope (canción estrella en toda boda india que se precie: Dame, dame gasolina…, sí, si, en español)… En fin ¿quieres encontrar paz? Vente a India, paraiso del yoga y la meditación…

Última hora del Hari Om

Pasé un par de días sin ver a Shuvam y eso me preocupaba. No porque creyera que le había pasado nada, si no porque me preguntaba qué habría hecho. En el hotel de al lado unas amigas le dieron al “chico para todo” sus tangas (sic) para que se los lavaran. Y fue la última vez que vieron al chico y sus tangas. Supongo que le compensó la pérdida de emplero… y mis amigas ya siempre lavan su propia ropa interior.

Finalmente Shuvam apareció y yo preferí no preguntar, eso sí, confirmé que mis gallumbos Carfur Klein siguen en su sitio, es decir encima de la mesa, al lado del ordenador.

Manish me regañó porque llevaba dos días buscándome para limpiarme la habitación… Todavía flipo, es la primera vez en la India que me ocurre algo así. Y hoy llegó con la blacandequer y, sin pedírselo, me colocó un espejo en el baño (me había olvidado de cómo era, yo, no un espejo), una jabonera y unos colgadores. Además prometió arreglarme las humedades (yo creí que era el Ganges y eran humedades…). Así que, hay que ser justos, al César lo que es del idem y a Manish lo que es suyo.

Además tiene un hijo de un añito que, cuando me ve, salta a mis brazos a que le diga cosas en español, se ríe y se vuelve con su papi…

Así que esto se empieza a parecer a un hogar…


Rishikesh. Noviembre 2010

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