Recojo unas reflexiones escritas en la India sobre el
apego, el desapego e incluso me atrevo con el amor.
Entiendo el apego como un estado emocional de
necesidad, de vinculación con algo o alguien y creo que es un obstáculo para el
propio crecimiento. También incluso para el de las personas que nos rodean.
El desapego no puede forzarse, es algo que va
sucediendo. A veces puede ser por hartazgo de determinadas cosas relacionadas
con placeres de los sentidos, la comida, la bebida, el sexo… Otras por una
comprensión racional de los opuestos: la felicidad que me produce el objeto al
que me apego, se convierte en infelicidad al perderlo. También puede suceder al
obtener una comprensión que va más allá de la razón y empiezan a caerse apegos
sin ninguna lógica o explicación. Como tampoco tiene lógica que otros no caigan
o que por ahora no lo hagan.
Puede practicarse el desapego para ayudar a que vaya
produciéndose. Viviendo de forma sencilla, con el silencio, sin atracción ni
repulsión excesivas, sin demasiadas distracciones de las que no aportan nada…
El apego como fuente de infelicidad, a cosas, a
personas, surge de una incomprensión de lo que es. Puesto que nada permanece,
apegarse a algo impermanente solo puede traer infelicidad, mientras que la
profunda comprensión permite disfrutar de objetos y personas sin la inherencia
del dolor de la pérdida que, irremediablemente, ocurre.
Apego y posesión pueden estar muy relacionados, como
en el caso de los hijos. Puedes decir ¿Cómo no voy a estar apegado a “mis”
hijos? Quizás por eso, porque son “tuyos”. ¿Y si no lo fueran?. El apego no se
produce por los hijos sino por la idea de “yo”, “mío”.
Apego del latín “untado, pegado con pez”...
Condicionas a los otros, incluso a tus hijos, con una pegajosa carga desde ese
amor apegado que sientes por ellos. Les restas libertad a “tus” hijos, “tu”
pareja, “tus” amigos… y les das una responsabilidad sobre tu vida, sobre tu
felicidad, que no es suya.
¿Por qué el amor debe ser en dos direcciones? ¿Se
puede amar sin ser correspondido? ¿Cómo le puedo decir a alguien que mi
felicidad depende de él o ella? ¿Cómo puedo hacerle eso a nadie y menos a
quienes más quiero?
¿Cómo sería un amor desapegado? El que lleva
implícito libertad. Hijos libres, parejas libres, amigos libres…. Para, a su
vez, amarte a ti o a otros.
Te quiero hagas lo que hagas, digas lo que digas,
quieras a quien quieras…. Te quiero gracias y pese a ti mismo y ni siquiera te
lo digo para no restarte libertad, para no condicionarte.
Solo te quiero.
San Agustín del Guadalix. Agosto 2015