Ha
sido esta una interesante temporada llevando la meditación y algún otro
concepto que casi siempre relaciono, como es el de comprender la
mente, a sitios un tanto insospechados. He estado en un par de palacios, unas
bodegas, un hospital, empresas y oficinas varias, escuelas de negocios, una universidad…
y con públicos tan variopintos como los lugares. En todos me ha dado por
regalar “minutos de silencio”. No me cuesta nada. Mira, te regalo uno ahora
mismo. Y además de recibirlos puedes regalarlos tú. Ya hay profes que lo están
haciendo a sus alumnos con resultados muy interesantes, incluso los niños se
los demandan si no lo hacen.
En
unos días nos vamos para la India a
pasar, como los dos últimos años, diciembre y enero. El objetivo, si tal cosa existe, es comprender algo más. Últimamente me gusta hablar de comprender más que de aprender.
Entiendo que aprender es seguir metiendo cosas en el puchero que tenemos por
mente, en cambio la comprensión me permite ir sacando las que no me sirven. ¿Habrá alguna sirva?, creo que al final saldrán todas. En fin, palabras, metáforas… que tratan de
explicar lo inefable. En palabras de un maestro: “no puede meterse todo el agua
del mar en cubo”. Aquí el cubo es el puchero y el agua del mar aquello que solo
puede experimentarse.
Seguiremos ampliando las ayudas que realizamos con la colaboración de algunos
de vosotros. Durante el año ya hemos estado enviando dinero donde era
necesario, principalmente para emergencias médicas y también para uniformes,
material escolar, remodelaciones, pintura... Por supuesto si os apetece tener
más información o colaborar porque ya
sabéis que “hay formas en las que el dinero si da la felicidad”, me contactáis
por aquí, por Facebook, por email (arey@elnomada.es),
como os parezca.
Justo
antes de volar hacia el Ganges, voy unos días a Marruecos para preparar otro
proyecto solidario por allí. Para este no pido ayuda porque es una empresa la
que se encarga de financiarlo. A ver si empieza a animarse la cosa y salen unos
cuantos más. Son “proyectos con alma” ya que tocan el corazoncito de todos, de los
receptores, los financiadores, los participantes… y de los que más, de los que
más, los de los organizadores. Qué privilegio. Aprovecharé el viaje para ver como
está Ait Ehla de donde las noticias que llegan son muy buenas.
Tengo otra bonita tarea. Me
han pedido que traduzca un libro de un sadhu joven que conocimos el año pasado
en Rishikesh. Aprendimos mucho con él, aunque quizás aprender no sea la palabra,
ni siquiera comprender. Meditamos mucho con él y algo se expandió dentro… Se
entiende mejor “aprendimos” ¿no?, incluso "comprendimos" es más fácil.
Ha escrito un libro en hindi y un par de
discípulos suyos lo han traducido al inglés y francés. Me han pasado ambas
traducciones para que haga yo una adaptación al español. Mi nivel en
ninguno de los dos idiomas es suficiente, pero me convencieron con algo con lo
que estoy de acuerdo. Las palabras son palabras pero es necesario saber de que va lo
que ellas cuentan. Yo lo intento, así que también me he embarcado en ello. Sin compromiso de
fecha debido a mi inexperiencia, vaguería, falta de disciplina… En fin, ese mismo coctel del que hablé en la anterior historia del nómada sobre mi propio libro. No llevo mucho pero
me resulta muy interesante sentir las palabras dichas por alguien con sabiduría, esa que dicen los maestros que empieza cuando termina el conocimiento.
Crees
que eres el que hace las acciones que terminan en alegría y tristeza, sean
estas buenas o malas, virtuosas o deshonestas. Y crees que tú mismo
eres bueno o malo, pero todo esto es sólo un concepto de la mente. Es natural.
No hay ni alegría ni tristeza, ni bueno ni malo, ni virtud ni deshonestidad en
el Ser. Debido a tu ego, crees que tú mismo eres quien hace y experimenta
cosas, y oscilas entre la felicidad y el sufrimiento. Ni eres el que hace, ni
el que está teniendo la experiencia. Eres
simplemente el testigo que ve todo. Eres el testigo y solo el testigo de cada
acción. Eres Eso que percibe directamente la agitación constante en el cuerpo y
en la mente. No eres ni el cuerpo ni la mente, eres por naturaleza el Ser, la Consciencia
y el Testigo.
Y,
relacionado con esto extraído del libro de Swami Shashwat, hay algo que me ha vuelto a pasar.
En
su momento conté la historia de CONOCERTE, el centro que tenemos en San Agustín
del Guadalix con yoga, meditación, psicología, coaching, etc. Explicaba, quizás
pretendiendo entenderlo yo, como no había nada más lejos de nuestra intención
que tener un centro propio. Hay un momento en la vida que creo que no depende
de edad, o al menos no solo de la edad, un momento en el que te sientes más de recogida que de
exposición. Crees que es tiempo de ir más hacia dentro que hacia fuera, etc. Y
llega un maestro (Sat Sri Akal, Sahidji), te dice que tienes que abrir un lugar
para compartir y terminas haciéndolo sin apenas darte cuenta. Entonces, de lo que si te das cuenta es que eso es lo que te toca
hacer y dejarte de rollos. Llevamos tres añitos ya, haciendo estancias más
cortas en la India y conociendo a unas cuantas personas que han pasado y
siguen haciéndolo por allí, llevándose y dejándonos experiencias, aprendizajes
y cariño.
Y
digo que me ha vuelto a pasar. Voy a empezar a hacer algo que había decidido
que no haría. Al regresar de la India, en febrero, comienzo a dar clases de
meditación en Madrid, en un centro de coaching que tiene una filosofía muy
parecida a la mía en muchas cosas, lo que me ha terminado de animar. Tendré un
lugar allí los martes para todo aquel que quiera compartir conmigo unos ratos
de charla y de silencio y no pueda venirse hasta “el pueblo”.
Cuando
miro el año que ha pasado y lo que parece que viene por delante tengo claro que
va sucediendo lo que tiene que suceder, muchas veces no muy a favor de mi
voluntad… Claro que la voluntad es mental y aquello que tiene que suceder es de
un poco más allá.
Y, frente a eso, ¿quién soy yo para tomar decisiones?
San Agustín del Guadalix. Noviembre 16