Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



domingo, 18 de diciembre de 2011

Namasté desde el Planeta India

El significado de Namasté es muy bonito, es algo así como que la divinidad que hay en mí se inclina o saluda a la divinidad que hay en ti. Es decir, ya se parte de que dentro de cada uno de nosotros está la divinidad. Se utiliza como saludo en toda la India y, en la zona donde vivo, siempre se acompaña colocando juntas las palmas de las manos a la altura del pecho o llevando la mano derecha al corazón.

Probablemente para entender esta historia habría que leer la anterior escrita hace ya tanto tiempo… (mis disculpas por ello, a los lectores más fieles)

Ya estoy por este Planeta, desde hace un par de semanas. No sabía como me sentiría hasta que no llegué aquí y confirmé la sensación inicial que tuve en España. Nada más llegar me pregunté ¿estoy triste?, casi daba por hecho que tenía que estarlo… Pero no, no hay tristeza, realmente hay mucha alegría por dentro. Evidentemente las cosas han cambiado en el ashram y todavía hay muchas que deben colocarse, sobre todo para los indios que viven en él.

En la habitación donde vivía Maharajji es donde le han enterrado y ahora ahí está el Mahasamadhi, un monumento en mármol que recuerda donde el maestro descansa en eterna meditación. A los hindúes tradicionalmente se les quema en una pira funeraria y, en esta zona, siempre lo hacen a orillas del Ganges, donde terminan descansando sus cenizas. En cambio, a los grandes maestros, no se les quema, o bien se pone su cuerpo directamente hundido en el río, sujeto con piedras o se les entierra, como se ha hecho en este caso.

Con respecto a mis aprendizajes, como alguna vez he comentado, se producían de forma diferente a los mensajes hablados, así que eso no ha cambiado, incluso se han reforzado. Llegan en forma de meditación, sueños, conversaciones con otras personas, mensajes de otros maestros, repentinos entendimientos… Y es tu intuición la que te indica que eso es para ti, así que sonríes y das las gracias (aunque a veces son verdaderos puñetazos al ego…). Y sí, ya se que no se entiende muy bien, pero de eso se trata, de dejar de tratar de entenderlo todo y de aprender más allá de la razón. Eso es lo que intento hacer comprender desde este blog, con el coaching, los talleres, etc.

Sí que he notado un desapego bastante grande por el lugar. Aunque tengo muchos amigos por aquí, el principal apego era por mi maestro y eso ha quedado también liberado (más aprendizajes...). Así que veremos como evoluciona esta temporada y también en qué se convierten las siguientes.

Fuera del ashram la vida sigue bastante igual. Casi siempre hay más tiendas, más restaurantes, más profes de yoga… pero lo básico, la gente, la forma de estar y de vivir, los ritos y tradiciones, eso no cambia. En realidad muchas veces tengo la sensación de que la vida no cambia, es como la rueda que le ponemos al hamster para que se haga la ilusión de que corre por los campos. Es una sensación habitual al venir aquí, pero más todavía al regresar a mi otra casa, donde la única diferencia que realmente aprecio es que los niños están más altos. Un eterno día de la marmota…

Aquí, como siempre desde hace miles de años, los peregrinos siguen viniendo desde aldeas recónditas del país para bañarse en las aguas del sagrado río, en el mismo lugar donde millones de santos lo han hecho.

Temprano por la mañana, cruzando el puente que comunica la orilla de mi casa con la orilla de mi ashram, congelado, pese a estar envuelto en dos mantas, los veo dentro del agua recitando sus mantras…

Om Namah Shivaya!!


Rishikesh. Diciembre 2011

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