Ayer cenamos con Jespal, Rubi y Ananda. Cambiaron de
habitación, aunque la descripción de la anterior historia sigue siendo válida.
La nueva está detrás de la antigua, en el mismo edificio, pero da a un patio en
lugar de directamente a una calle, así evitan que a Ananda que ya es autónomo
se lo lleve por delante una moto.
Ananda estuvo la primera media hora llorando y
gritando, pensando (en hindi por eso no lo entendí), ¿quién son estos dos tan
blancos que están sentados en mi cama (que es la de papá y mamá también)? Ni
las sonrisas, ni la desesperación ni la teta de su madre lograban calmarle.
Luego, gracias a un juego que le había enseñado hace
unos meses y que milagrosamente recordaba, nos reconciliamos. Unos deditos de
turrón de chocolate en mi forro dan fe de ello. Mientras, Rubi cocinaba unas
verduras que hicieron que se nos saltaran las lágrimas y que bebiéramos todo el
agua que teníamos a mano saltándonos todas las precauciones lógicas antitifus,
anticólera y antiamebas.
Después de juegos y cenas, Jespal, mientras Ananda
dormía y Rubi, que no habla ni gota de inglés, casi también, nos contó su
situación actual. No me extenderé mucho porque no hace falta y ya conté hace
unos meses el meollo de la cuestión. La situación ha empeorado mucho y ya
prácticamente estamos en esa situación de emergencia de la que hablamos en su
momento. El salario sigue siendo el mismo y la comida ha subido de precio un
montón, parece que debido en gran parte a las inundaciones de junio que
arrasaron un montón de cultivos y granjas y ahora casi todo viene de lejos.
Como dice Jespal, sin cebollas se puede vivir… Y también sin unas cuantas cosas
más, por lo que es lo que hacen.
Ananda tuvo neumonía con lo que el dinero que
dejamos para situaciones extraordinarias desapareció y los últimos tres meses,
tanto el niño como Rubi se fueron con los padres de ella para dejar de gastar
aquí. Aún con todos estos esfuerzos, el préstamo no ha disminuido ni un
poquito. Ayer echando cuentas, salió que debe mil rupias más que en las cuentas
últimas que echamos en marzo pasado. El sueldo, que no ha subido con el IPC…,
siguen siendo 6000 Rupias, que si antes equivalían a unos 85 € ahora a unos 75.
Está claro que no hay una salida fácil y que tal y como está la situación, el
préstamo se va ir incrementando y Jespal va a seguir encadenado de por vida,
dependiendo de una familia que se empeña en recordárselo con continuas
humillaciones.
Así que, como la situación de emergencia ha llegado,
he aquí mi llamamiento. Queremos rescatar a Jespal, Rubi y Ananda de la
situación en la que se hallan metidos y para ello necesitamos recaudar unos
1500 ó 1600 €. Cuando estén libres de eso les ayudaremos a montar un nuevo
escenario alrededor de esa libertad.
Estamos hablando inicialmente de un pequeño negocio de vender ropa para guiris
en tiendas de por aquí porque es un negocio que él controla. También de algo que
me gusta más, fabricar y vender esterillas para yoga y meditación de algodón,
de la manera tradicional. En el pueblo de Jespal se sigue tejiendo así y por
aquí por Risikesh no hay nada de eso, pese a ser la capital mundial del yoga.
Dice que se podría producir mucho si hiciera falta, porque hay mucha gente por
su zona a la que le vendría bien ese trabajo.
Aunque suena muy bien, incluso dar trabajo y dinero
a mucha más gente, el que empiece a imaginar el negocio del siglo que deje de
hacerlo… Estamos hablando de una familia sin internet, sin cuenta en el banco,
sin mucho inglés y, a priori, sin excesivas posibilidades de crecimiento. Nuestro objetivo principal es que les
funcione para vivir mejor de lo que lo hacen ahora. A partir de ahí ya queda en
manos de Shiva que parece que por aquí es el que más manda.
Mi petición es que nos ayudéis a sacarles del
préstamo. Según como se mire 1600 € no es mucho en occidente si se divide entre
unos cuantos. Se acercan las Navidades y estoy imaginando debajo del arbolito,
entre los regalos para vuestros hijos, parejas o familiares un sobre grande con
un papel que diga: “Vale por …. € para Ananda y su familia”. ¿Qué mejor regalo
para un hijo?
Ese es el primer paso. El segundo será dejar el
lugar actual de trabajo y garantizar unos meses sus necesidades básicas (muy
básicas) hasta que el tercero, el nuevo proyecto, pueda funcionar.
Quizás os preguntáis, porque yo también lo he hecho,
¿Y por qué a Jespal? Hay millones de indios en la misma situación y fuera de la
India otros cuantos millones más. No tengo respuesta, más que un cuento que
quizás muchos conoceréis:
Érase una vez un viejo escritor que cada
mañana salía a pasear por la playa en
busca de inspiración.
Aquel día, como todos los anteriores,
volvió a ver a aquel joven que, lloviera o reluciera el sol, pasaba las horas
de marea baja recogiendo estrellas de mar de la orilla y devolviéndolas al mar.
No pudo aguantar más la curiosidad,
después de tanto tiempo observando aquella extraña actitud y se acercó a
preguntarle.
- Hola. Llevo muchas mañanas viendo como arrojas estrellas al mar,
¿podrías explicarme por qué lo haces?
- Claro, si no las devolviera al agua, aquí se secarían y morirían.
- Pero, ¿no te das cuenta que en esta misma playa hay cientos de
estrellas? Y que si piensas en la cantidad de playas que hay en el mundo, habrá
millones de estrellas que mueran cada día. En realidad, entre lanzar estrellas
al agua y no hacerlo no hay mucha diferencia.
El joven cogió una estrella del suelo y se
la mostró al viejo escritor diciéndole: ¿Ve usted esta estrella?, continuando
mientras la arrojaba hacia su salvación: Para ella, esta es la diferencia.
Para colaborar: Haces una transferencia a esta
cuenta 0182 2645 65 0201527284 y pones Jespal y tu nombre. Además me envías un
email a arey@elnomada.es diciéndome que
lo has hecho. A todo el que participe yo le iré contando más de la situación y
contestaré todas las preguntas que quiera hacerme (las que me sepa).
La idea de Jespal es que sea un préstamo, tenerlo
con nosotros en lugar de con quien lo tiene ahora. Y como mi idea es que no sea
así, seguimos negociando. Si al final acordáramos que devolviera parte de ese
dinero y realmente pudiera hacerlo, lo “reinvertiríamos” de igual manera,
haciendo algo bueno, y por supuesto os contaré lo que se ha hecho hasta con el
último euro. De igual forma que si tuviéramos un espectacular éxito y se
rebasara la cifra requerida.
Ya no utilizaré el blog para ello sino que os escribiré
a los emails que me facilitéis.
Como comenté en la historia de “Jespal”, creo que
somos muy afortunados los que tenemos la oportunidad de ayudar a gente que lo
precisa. Nos permite darnos cuenta de que tenemos algo que muchas veces ni
siquiera estamos valorando y además nos hace sentirnos bien utilizando
simplemente dinero. Así que gracias a Jespal, a Rubi y a Ananda.
Por favor, en este caso más que nunca, hazle llegar
esta propuesta a toda la gente que creas que puede también interesarle.
Risikesh. Noviembre 2013