Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ananda y la estrella de mar


Es importante leer o releer esta historia para entender la que viene a continuación: http://historiasdelnomada.blogspot.in/2013/02/jespal.html

Ayer cenamos con Jespal, Rubi y Ananda. Cambiaron de habitación, aunque la descripción de la anterior historia sigue siendo válida. La nueva está detrás de la antigua, en el mismo edificio, pero da a un patio en lugar de directamente a una calle, así evitan que a Ananda que ya es autónomo se lo lleve por delante una moto.

Ananda estuvo la primera media hora llorando y gritando, pensando (en hindi por eso no lo entendí), ¿quién son estos dos tan blancos que están sentados en mi cama (que es la de papá y mamá también)? Ni las sonrisas, ni la desesperación ni la teta de su madre lograban calmarle.

Luego, gracias a un juego que le había enseñado hace unos meses y que milagrosamente recordaba, nos reconciliamos. Unos deditos de turrón de chocolate en mi forro dan fe de ello. Mientras, Rubi cocinaba unas verduras que hicieron que se nos saltaran las lágrimas y que bebiéramos todo el agua que teníamos a mano saltándonos todas las precauciones lógicas antitifus, anticólera y antiamebas.

Después de juegos y cenas, Jespal, mientras Ananda dormía y Rubi, que no habla ni gota de inglés, casi también, nos contó su situación actual. No me extenderé mucho porque no hace falta y ya conté hace unos meses el meollo de la cuestión. La situación ha empeorado mucho y ya prácticamente estamos en esa situación de emergencia de la que hablamos en su momento. El salario sigue siendo el mismo y la comida ha subido de precio un montón, parece que debido en gran parte a las inundaciones de junio que arrasaron un montón de cultivos y granjas y ahora casi todo viene de lejos. Como dice Jespal, sin cebollas se puede vivir… Y también sin unas cuantas cosas más, por lo que es lo que hacen.

Ananda tuvo neumonía con lo que el dinero que dejamos para situaciones extraordinarias desapareció y los últimos tres meses, tanto el niño como Rubi se fueron con los padres de ella para dejar de gastar aquí. Aún con todos estos esfuerzos, el préstamo no ha disminuido ni un poquito. Ayer echando cuentas, salió que debe mil rupias más que en las cuentas últimas que echamos en marzo pasado. El sueldo, que no ha subido con el IPC…, siguen siendo 6000 Rupias, que si antes equivalían a unos 85 € ahora a unos 75. Está claro que no hay una salida fácil y que tal y como está la situación, el préstamo se va ir incrementando y Jespal va a seguir encadenado de por vida, dependiendo de una familia que se empeña en recordárselo con continuas humillaciones.

Así que, como la situación de emergencia ha llegado, he aquí mi llamamiento. Queremos rescatar a Jespal, Rubi y Ananda de la situación en la que se hallan metidos y para ello necesitamos recaudar unos 1500 ó 1600 €. Cuando estén libres de eso les ayudaremos a montar un nuevo escenario alrededor de esa  libertad. Estamos hablando inicialmente de un pequeño negocio de vender ropa para guiris en tiendas de por aquí porque es un negocio que él controla. También de algo que me gusta más, fabricar y vender esterillas para yoga y meditación de algodón, de la manera tradicional. En el pueblo de Jespal se sigue tejiendo así y por aquí por Risikesh no hay nada de eso, pese a ser la capital mundial del yoga. Dice que se podría producir mucho si hiciera falta, porque hay mucha gente por su zona a la que le vendría bien ese trabajo.

Aunque suena muy bien, incluso dar trabajo y dinero a mucha más gente, el que empiece a imaginar el negocio del siglo que deje de hacerlo… Estamos hablando de una familia sin internet, sin cuenta en el banco, sin mucho inglés y, a priori, sin excesivas posibilidades de crecimiento.  Nuestro objetivo principal es que les funcione para vivir mejor de lo que lo hacen ahora. A partir de ahí ya queda en manos de Shiva que parece que por aquí es el que más manda.

Mi petición es que nos ayudéis a sacarles del préstamo. Según como se mire 1600 € no es mucho en occidente si se divide entre unos cuantos. Se acercan las Navidades y estoy imaginando debajo del arbolito, entre los regalos para vuestros hijos, parejas o familiares un sobre grande con un papel que diga: “Vale por …. € para Ananda y su familia”. ¿Qué mejor regalo para un hijo?

Ese es el primer paso. El segundo será dejar el lugar actual de trabajo y garantizar unos meses sus necesidades básicas (muy básicas) hasta que el tercero, el nuevo proyecto, pueda funcionar.

Quizás os preguntáis, porque yo también lo he hecho, ¿Y por qué a Jespal? Hay millones de indios en la misma situación y fuera de la India otros cuantos millones más. No tengo respuesta, más que un cuento que quizás muchos conoceréis:
Érase una vez un viejo escritor que cada mañana salía a pasear por la playa en  busca de inspiración.
Aquel día, como todos los anteriores, volvió a ver a aquel joven que, lloviera o reluciera el sol, pasaba las horas de marea baja recogiendo estrellas de mar de la orilla y devolviéndolas al mar.
No pudo aguantar más la curiosidad, después de tanto tiempo observando aquella extraña actitud y se acercó a preguntarle.
-  Hola. Llevo muchas mañanas viendo como arrojas estrellas al mar, ¿podrías explicarme por qué lo haces?
-  Claro, si no las devolviera al agua, aquí se secarían y morirían.
-  Pero, ¿no te das cuenta que en esta misma playa hay cientos de estrellas? Y que si piensas en la cantidad de playas que hay en el mundo, habrá millones de estrellas que mueran cada día. En realidad, entre lanzar estrellas al agua y no hacerlo no hay mucha diferencia.
El joven cogió una estrella del suelo y se la mostró al viejo escritor diciéndole: ¿Ve usted esta estrella?, continuando mientras la arrojaba hacia su salvación: Para ella, esta es la diferencia.
Para colaborar: Haces una transferencia a esta cuenta 0182 2645 65 0201527284 y pones Jespal y tu nombre. Además me envías un email a arey@elnomada.es diciéndome que lo has hecho. A todo el que participe yo le iré contando más de la situación y contestaré todas las preguntas que quiera hacerme (las que me sepa).

La idea de Jespal es que sea un préstamo, tenerlo con nosotros en lugar de con quien lo tiene ahora. Y como mi idea es que no sea así, seguimos negociando. Si al final acordáramos que devolviera parte de ese dinero y realmente pudiera hacerlo, lo “reinvertiríamos” de igual manera, haciendo algo bueno, y por supuesto os contaré lo que se ha hecho hasta con el último euro. De igual forma que si tuviéramos un espectacular éxito y se rebasara la cifra requerida.

Ya no utilizaré el blog para ello sino que os escribiré a los emails que me facilitéis.

Como comenté en la historia de “Jespal”, creo que somos muy afortunados los que tenemos la oportunidad de ayudar a gente que lo precisa. Nos permite darnos cuenta de que tenemos algo que muchas veces ni siquiera estamos valorando y además nos hace sentirnos bien utilizando simplemente dinero. Así que gracias a Jespal, a Rubi y a Ananda.

Por favor, en este caso más que nunca, hazle llegar esta propuesta a toda la gente que creas que puede también interesarle.

Risikesh. Noviembre 2013


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Bharat

Es que ya no sé como titular las historias cuando llego al Planeta India… Bharat es el nombre en sánscrito del país. Así que aquí estoy de nuevo, en Bharat.

Después de 24 horas justas de puerta a puerta, ya estoy en casa india. De esas 24, las últimas siete fueron recitando el mantra del que ya hablé hace una par de años (http://historiasdelnomada.blogspot.in/2011/02/y-vuelta-volver.html) así que no lo repetiré, pero sigue de plena actualidad.

Podría pensarse después de releer aquella historia que las carreteras van mejorando dado que siempre están en obras, pero he llegado a la conclusión de que las obras realmente son para estropearlas, sino no se explica. Al menos esta carretera, la que va de Delhi a Risikesh, lleva de obras toda una vida y se siguen tardando más de siete horas en hacer menos de 240 km.

Lo primero que hice al llegar fue pedirme un tali para cenar. Es un plato indio dividido en secciones, cada una con alguna verdura que pica mucho y arroz en el centro. Mucho es mucho, se me fundieron dos empastes… Año tras año sigo intentando encontrarle el gusto al picante y no lo consigo. En realidad lo sigo intentando porque no tengo más remedio ya que es bastante ineludible a no ser que te alimentes de fruta del tiempo (y eso, en España es un postre de restaurante, cutre, pero un postre).

Luego, ya instalado en la suite habitual, comprobé que todo seguía igual. Las sábanas eran viejas conocidas, las toallas también y las mantas seguían de pie. Podía pedir que lavaran todo pero pensé que era mejor acostumbrarse cuanto antes. Es más fácil que yo coja el olor de todo y deje de extrañar el jabón de Marsella que cambiar un pueblo entero. Uno de los lujos que tú lector no te das cuenta que tienes a diario, el olor de la ropita cuando sale de la lavadora. En unos meses se me saltarán las lágrimas al sentirlo.

Lo más impactante de estos primeros días ha sido el hablar con algunos amigos y conocidos acerca de la catástrofe que sucedió aquí a mediados de junio y que en España pasó prácticamente desapercibida. Realmente no entiendo el criterio para seleccionar que noticias internacionales son portada o al menos importantes y cuales no los son. De la India lo único que he leído estos meses han sido casos horribles de violaciones que, desgraciadamente llevan ocurriendo siempre y ahora se han hecho famosos. Del desastre del que hablo, que se ha catalogado como el tsunami de los Himalayas, casi no vi nada, más que lo que busqué en Internet. Parece que entre muertos y desaparecidos ha habido más de cien mil, los más optimistas dicen cincuenta mil y el gobierno… siete mil. La explicación me la dieron ayer muy clarita, sólo cuentan a los ricos, al menos los que tienen a alguien que los reclame o pregunte por ellos. Las familias, pueblos, comunidades que han desaparecido enteras, no están contabilizadas. Gente pobre, paupérrima, de las montañas. Es mejor que no se sepa porque perjudicaría el turismo que está creciendo y creciendo en esta región.

Pero lo que más me ha sorprendido es como se toma la gente esto que ha sucedido. Imagino una situación similar en España o en cualquier lugar de Occidente. El país entero estaría de luto durante años y años, se victimizaría media población, no sé si se superaría jamás… Creo que arrastramos las desgracias demasiado tiempo, incluso tengo la sensación de que nos regodeamos en ellas.

En la India se ve diferente, no se da tanta importancia a la muerte quizás porque tampoco se le da a la vida. Pasan cosas continuamente, algunas horribles y otras maravillosas y todas se aceptan con bastante naturalidad. Es cierto que en mi pueblo no ha habido daños personales y no muchos materiales, pero estuvieron viendo pasar los cadáveres que arrastraba el río que crecía y crecía. Y no sabían cuando iba a parar.

Por ahora no he oído a nadie hablar de lo injusta que ha sido la naturaleza o lo pobrecitos que son los que lo han sufrido. He oído más sobre Shiva que, enfadado por lo que estaba sucediendo en sus lugares sagrados, ha descargado su furia sobre Kedarnath. Es cierto que curiosamente allí, donde se originó la catástrofe, sólo ha quedado en pie el templo de Shiva, todo lo demás desapareció bajo las aguas del Ganges.

Y, mientras tanto, mi culo comienza a aplanarse de meditar en el suelo, comer en el suelo, leer en el suelo…, la espalda ya ha empezado a quejarse, los pies ya están un poco negros de ir descalzo (si que me ducho a diario pero hay un momento en que te rindes), el frío está llegando antes de tiempo porque parece que hay mucha nieve en las montañas (la que no se fundió y arrasó con todo, digo yo), el río está precioso (curiosamente nadie le acusa, sigue siendo la madre Ganga) y casi todo sigue igual o parecido.

Ya ha empezado la época de meditación más intensiva para beneficio, espero, de mente y espíritu y para perjuicio, constato, del cuerpo. El lugar es de nuevo el samadhi de mi maestro que nos ayuda a entender todo lo que aquí he contado desde lo divertido a lo horrible, desde las carreteras con baches hasta los desastres naturales, ya que en realidad, todo es parte de lo mismo.

¿Y qué es lo mismo? Buena pregunta, seguiremos informando…



Risikesh. Noviembre 2013