Estas son dos
historias en una pero, como últimamente aparezco poco por aquí, quien decida
leer así aprovecha más el rato.
Un breve y melancólico resumen de nuestros Proyectos
Sociales en la India
Fue en diciembre de 2013 cuando empezamos
con esto proyectos. Aunque llevamos viniendo desde 2004 (15 años ya…),
estábamos muy centrados en la meditación y en pasar el tiempo con nuestro
Maestro. Solo veníamos a eso veníamos en una forma de retiro. Es difícil de
explicar, lo sé porque lo he intentado varias veces, y de comprender, así que
simplemente lo digo. Hasta entonces nuestras donaciones eran al ashram para que
fuera utilizado allí (donde se da de comer a sadhus y mendigos a diario, donde
hay un colegio de niños pequeños y había una escuela de sánscrito).
En octubre de 2011 Maharajji murió o,
como se dice aquí, dejó el cuerpo. Todavía ese año y el siguiente, por la
inercia supongo, seguíamos haciendo las donaciones en nuestro ashram aunque
empezaba a no gustarnos el ambiente en relación con el dinero que allí había en
ausencia física del Maestro. Ya ayudábamos a alguna familia individual en
situaciones concretas (operaciones, fallecimientos, estudios…), pero todavía no
estábamos muy focalizados ahí. Aún así, siempre hemos querido, de alguna forma,
“devolver” a la India un poco de lo que ella nos da.
Y en 2013 fue cuando algo diferente se
abrió. Todo empezó con Jespal y el “Proyecto Ananda” (si no lo conoces es que no tienes el bestseller Planeta
India…) No lo vuelvo a contar, si te interesa puedes verlo en estas dos
historias del nómada:
Así que por primera vez y con bastante
vergüenza pedimos dinero a amigos y conocidos para poder afrontarlo. La
respuesta fue mágica, superó con creces las expectativas económicas y
emocionales. Recuerdo como se me saltaron las lágrimas en alguna ocasión
leyendo emails de gente que no solo nos enviaba dinero sino que además nos
agradecía mucho la oportunidad de poder hacerlo. El estar en medio de la gente
que da y la que recibe, el poder canalizar esa ayuda, fue maravilloso. Sigue
siéndolo, pero no hay nada como la primera vez. Comprendí que hay mucha gente
que quiere ayudar pero que, por desconfianza, falta de tiempo, el tener la atención
en mil sitios, no lo hace. Así que de esto surgió la frase que solemos utilizar
“Hay formas en las que el dinero si da la felicidad”.
La recaudación era superior a las
necesidades, no quería devolver dinero porque no me parecía bien, pero tampoco
tenía qué hacer con él. Aunque pueda parecer raro, ayudar incluso con dinero no
es nada fácil. Hay mucho engaño y muchas, infinitas, formas de malgastarlo
incluso creyendo que haces el bien. El siguiente paso fue también algo
esotérico… Estando en el samadhi (donde está enterrado) de Maharajji, le pedí
que si seguía enviando dinero yo encantado de recibirlo, pero que enviara
también proyectos claros en los que invertirlo.
Y, no sé si ese mismo día o al siguiente
coincidimos con Rachel tomando un chai…
El resultado, por ahora, es que desde ese
momento hemos canalizado unos 24000 € hacia la India. Este dinero tiene tres
procedencias, el material que vendemos en Conocerte relacionado con el yoga y
la meditación (camisetas, pantalones, cojines, libros, etc.), nuestra propia
aportación y vuestra ayuda. No es una gran cantidad para una ONG, pero para
nosotros es algo muy grande que haya confiado tanta gente y que continúe
haciéndolo. Hemos podido ayudar a muchas familias, en educación, alimentación,
material escolar, medicinas y atención médica, operaciones, bodas y hasta
cremaciones y funerales…
“Proyecto
Kamakhia”*
Kamakhia es el único templo de la India
donde pueden pasar las mujeres mientras tienen la menstruación y por eso da
nombre a nuestro proyecto.
Lejos de entenderse la menstruación como
el inicio de la vida, en la India es un gran tabú. Esta tierra tan maravillosa
para muchas cosas también es horrible para otras, casi siempre relacionadas con
las mujeres y las niñas. Una mujer con la regla no puede cocinar, rezar, entrar
en lugares sagrados, tocar a otros… Es algo considerado impuro, de lo que no se
habla, que debe permanecer oculto. Hasta mujeres bien educadas piensan que si
tocan una planta durante esos días, ésta morirá o prefieren no tomar ni
siquiera el te fuera de su casa por si lo ha preparado una mujer durante su
regla…
Las mujeres pobres no utilizan compresas
ni tampones (otro tabú es el de introducirse algo) porque son un artículo de
lujo que no pueden permitirse. Lo que usan, como en España las generaciones
anteriores, son básicamente trapos que cortan de viejas sábanas, toallas, ropa,
etc. Al ser impuro, nada puede hacerse con ellos a la vista, cortarlos,
lavarlos, secarlos, nada. Las condiciones de absorción, higiene, etc. son
nefastas y, algo que es lo más natural del mundo, pasa a ser una importante
fuente de infecciones y enfermedades. Además de una continua vergüenza para las
mujeres, cuando debería serlo para toda la sociedad el mantener esta especie de
condena. Muchas niñas esos días no van a la escuela, para no exponerse.
No me voy a extender con lo que todo esto
supone puesto que se encuentra información fácilmente en la red (hace unos días
leí una noticia de una mujer en Nepal que murió asfixiada junto con sus dos
hijos tratando de calentarse puesto que no podía estar en su casa en ese
periodo).
El Proyecto Kamakhia consiste en hacer
visible el problema y en dotar a las mujeres que lo precisen de material
apropiado para el uso al que está destinado. Serán paños lavables de algodón.
Hemos barajado otras posibilidades diferentes como compresas lavables que
existen ya en el mercado pero de difícil secado en estas condiciones, fabricar
nosotros mismos compresas desechables lo que sería muy caro y antiecológico,
copas menstruales desechadas por el tabú mencionado anteriormente, etc.
Empezamos con una campaña el 8 de marzo,
día de la mujer. Pretendemos hacer llegar el mensaje al menos a doscientas
mujeres (y ojalá también a hombres) y repartir gratuitamente 2000 paños,
cortados, cosidos y marcados con una K por un equipo de mujeres a las que
contrataremos y compraremos las máquinas de coser y el resto de materiales. Ya
se está tratando de hacer un equipo de mujeres con cierto poder social para que
apoyen el proyecto, algunas por interés real y otras simplemente por aparentar,
pero todo suma y aquí las cosas funcionan así (bueno, como veis algunas
tratamos de cambiarlas un poquito).
Nuestra idea es que este día sea solo el
principio y poder hacer campañas unas cuantas veces al año en diferente lugares
y ¿por qué no? quizás terminar teniendo un staff propio que fabrique y
distribuya estas nuevas compresas a todas las mujeres que lo precisen.
Realmente no sabemos como continuará, si será buena idea en el futuro venderlas
al precio de coste o si el tabú es tan fuerte que vencerá a una iniciativa de
este tipo, pero hemos decidido empezar ya, porque puede ser el pequeño paso con
el que empiece un gran camino.
Así que, como “hay maneras en las que el
dinero sí que da la felicidad”… ¿Te animas a ayudarnos en esto?
Si quieres que te envíe más información de lo que hacemos
y si quieres ayudarnos con este o con algunos de los proyectos que vamos
impulsando en la India, puedes contactarme en arey@elnomada.es o enviarme un whatsapp al 649445280
* El nombre del
proyecto es provisional. A nosotros nos encanta por muy apropiado, pero falta por
ver si puede utilizarse el nombre de una diosa para algo tan “impuro”… Debe ser
aprobado, puesto que no queremos que reste en lugar de sumar.
Rishikesh. Enero
19
Enhorabuena por este pequeño o quizas gran primer paso 👍🏻👍🏻
ResponderEliminarHere is a brief information about the Kamakhya Temple
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