Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



sábado, 26 de enero de 2019

Proyecto Kamakhya


Estas son dos historias en una pero, como últimamente aparezco poco por aquí, quien decida leer así aprovecha más el rato.

Un breve y melancólico resumen de nuestros Proyectos Sociales en la India

Fue en diciembre de 2013 cuando empezamos con esto proyectos. Aunque llevamos viniendo desde 2004 (15 años ya…), estábamos muy centrados en la meditación y en pasar el tiempo con nuestro Maestro. Solo veníamos a eso veníamos en una forma de retiro. Es difícil de explicar, lo sé porque lo he intentado varias veces, y de comprender, así que simplemente lo digo. Hasta entonces nuestras donaciones eran al ashram para que fuera utilizado allí (donde se da de comer a sadhus y mendigos a diario, donde hay un colegio de niños pequeños y había una escuela de sánscrito).

En octubre de 2011 Maharajji murió o, como se dice aquí, dejó el cuerpo. Todavía ese año y el siguiente, por la inercia supongo, seguíamos haciendo las donaciones en nuestro ashram aunque empezaba a no gustarnos el ambiente en relación con el dinero que allí había en ausencia física del Maestro. Ya ayudábamos a alguna familia individual en situaciones concretas (operaciones, fallecimientos, estudios…), pero todavía no estábamos muy focalizados ahí. Aún así, siempre hemos querido, de alguna forma, “devolver” a la India un poco de lo que ella nos da. 

Y en 2013 fue cuando algo diferente se abrió. Todo empezó con Jespal y el “Proyecto Ananda” (si no lo conoces  es que no tienes el bestseller Planeta India…) No lo vuelvo a contar, si te interesa puedes verlo en estas dos historias del nómada:

Así que por primera vez y con bastante vergüenza pedimos dinero a amigos y conocidos para poder afrontarlo. La respuesta fue mágica, superó con creces las expectativas económicas y emocionales. Recuerdo como se me saltaron las lágrimas en alguna ocasión leyendo emails de gente que no solo nos enviaba dinero sino que además nos agradecía mucho la oportunidad de poder hacerlo. El estar en medio de la gente que da y la que recibe, el poder canalizar esa ayuda, fue maravilloso. Sigue siéndolo, pero no hay nada como la primera vez. Comprendí que hay mucha gente que quiere ayudar pero que, por desconfianza, falta de tiempo, el tener la atención en mil sitios, no lo hace. Así que de esto surgió la frase que solemos utilizar “Hay formas en las que el dinero si da la felicidad”.

La recaudación era superior a las necesidades, no quería devolver dinero porque no me parecía bien, pero tampoco tenía qué hacer con él. Aunque pueda parecer raro, ayudar incluso con dinero no es nada fácil. Hay mucho engaño y muchas, infinitas, formas de malgastarlo incluso creyendo que haces el bien. El siguiente paso fue también algo esotérico… Estando en el samadhi (donde está enterrado) de Maharajji, le pedí que si seguía enviando dinero yo encantado de recibirlo, pero que enviara también proyectos claros en los que invertirlo.

Y, no sé si ese mismo día o al siguiente coincidimos con Rachel tomando un chai… 

El resultado, por ahora, es que desde ese momento hemos canalizado unos 24000 € hacia la India. Este dinero tiene tres procedencias, el material que vendemos en Conocerte relacionado con el yoga y la meditación (camisetas, pantalones, cojines, libros, etc.), nuestra propia aportación y vuestra ayuda. No es una gran cantidad para una ONG, pero para nosotros es algo muy grande que haya confiado tanta gente y que continúe haciéndolo. Hemos podido ayudar a muchas familias, en educación, alimentación, material escolar, medicinas y atención médica, operaciones, bodas y hasta cremaciones y funerales…

La verdad es que cada año me planteo si es mejor reducir, limitarnos a nuestro entorno más próximo y ya está. De hecho ya no suelo pedir dinero, quien quiere y se acuerda nos da, pero, cuesta tanto pedir… Claro que cuanto más tenemos, más hacemos… Así que ¿tendría que pedir más? En fin, en esa duda estoy siempre, porque la verdad es que parece que no es posible reducir, siempre surgen nuevas posibilidades, nuevas ideas… Como el:

“Proyecto Kamakhia”*

Kamakhia es el único templo de la India donde pueden pasar las mujeres mientras tienen la menstruación y por eso da nombre a nuestro proyecto.

Lejos de entenderse la menstruación como el inicio de la vida, en la India es un gran tabú. Esta tierra tan maravillosa para muchas cosas también es horrible para otras, casi siempre relacionadas con las mujeres y las niñas. Una mujer con la regla no puede cocinar, rezar, entrar en lugares sagrados, tocar a otros… Es algo considerado impuro, de lo que no se habla, que debe permanecer oculto. Hasta mujeres bien educadas piensan que si tocan una planta durante esos días, ésta morirá o prefieren no tomar ni siquiera el te fuera de su casa por si lo ha preparado una mujer durante su regla…

Las mujeres pobres no utilizan compresas ni tampones (otro tabú es el de introducirse algo) porque son un artículo de lujo que no pueden permitirse. Lo que usan, como en España las generaciones anteriores, son básicamente trapos que cortan de viejas sábanas, toallas, ropa, etc. Al ser impuro, nada puede hacerse con ellos a la vista, cortarlos, lavarlos, secarlos, nada. Las condiciones de absorción, higiene, etc. son nefastas y, algo que es lo más natural del mundo, pasa a ser una importante fuente de infecciones y enfermedades. Además de una continua vergüenza para las mujeres, cuando debería serlo para toda la sociedad el mantener esta especie de condena. Muchas niñas esos días no van a la escuela, para no exponerse.

No me voy a extender con lo que todo esto supone puesto que se encuentra información fácilmente en la red (hace unos días leí una noticia de una mujer en Nepal que murió asfixiada junto con sus dos hijos tratando de calentarse puesto que no podía estar en su casa en ese periodo).

El Proyecto Kamakhia consiste en hacer visible el problema y en dotar a las mujeres que lo precisen de material apropiado para el uso al que está destinado. Serán paños lavables de algodón. Hemos barajado otras posibilidades diferentes como compresas lavables que existen ya en el mercado pero de difícil secado en estas condiciones, fabricar nosotros mismos compresas desechables lo que sería muy caro y antiecológico, copas menstruales desechadas por el tabú mencionado anteriormente, etc.

Empezamos con una campaña el 8 de marzo, día de la mujer. Pretendemos hacer llegar el mensaje al menos a doscientas mujeres (y ojalá también a hombres) y repartir gratuitamente 2000 paños, cortados, cosidos y marcados con una K por un equipo de mujeres a las que contrataremos y compraremos las máquinas de coser y el resto de materiales. Ya se está tratando de hacer un equipo de mujeres con cierto poder social para que apoyen el proyecto, algunas por interés real y otras simplemente por aparentar, pero todo suma y aquí las cosas funcionan así (bueno, como veis algunas tratamos de cambiarlas un poquito).

Nuestra idea es que este día sea solo el principio y poder hacer campañas unas cuantas veces al año en diferente lugares y ¿por qué no? quizás terminar teniendo un staff propio que fabrique y distribuya estas nuevas compresas a todas las mujeres que lo precisen. Realmente no sabemos como continuará, si será buena idea en el futuro venderlas al precio de coste o si el tabú es tan fuerte que vencerá a una iniciativa de este tipo, pero hemos decidido empezar ya, porque puede ser el pequeño paso con el que empiece un gran camino.

Así que, como “hay maneras en las que el dinero sí que da la felicidad”… ¿Te animas a ayudarnos en esto?

Si quieres que te envíe más información de lo que hacemos y si quieres ayudarnos con este o con algunos de los proyectos que vamos impulsando en la India, puedes contactarme en arey@elnomada.es o enviarme un whatsapp al 649445280


* El nombre del proyecto es provisional. A nosotros nos encanta por muy apropiado, pero falta por ver si puede utilizarse el nombre de una diosa para algo tan “impuro”… Debe ser aprobado, puesto que no queremos que reste en lugar de sumar.


Rishikesh. Enero 19

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