"Soñé que era una mariposa que volaba por el cielo. Después me desperté. Y ahora me pregunto si soy un hombre que soñó ser una mariposa o una mariposa que sueña ser un hombre"
Chuang Tzu
Yo no puedo saber si realmente estoy aquí escribiendo en este blog o, en realidad, estoy subido en un cubo de basura, en mitad de la calle, creyendo que escribo. Y cada cierto tiempo, con la idea de que estoy comprando el pan, hablándole a la gente que me toma por loco…
En mi ashram en Risikesh hay una mujer que no habla con nadie, pero siempre va hablando sola. Todos la tratan bien, pero la consideran loca. ¿Dónde estará esta mujer en realidad? La he visto bailar con la música del templo, con lágrimas en los ojos, ajena al resto del mundo, símplemente dejándose mecer por los acordes.
¿Y si somos nosotros los que estamos en un falso lugar? ¿Y si es ella la única que está en el sitio correcto y se compadece de nuestro sueño?
San Agustín del Guadalix. Noviembre 2010
Bienvenidos a las historias del nómada.
Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.
Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).
Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.
Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...
Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.
Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).
Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.
Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...
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