Bienvenidos a las historias del nómada.

Siempre me ha gustado escribir historias y que otros las lean. También contarlas, escucharlas, leerlas, vivirlas... Historias para reír, para pensar, quizás para llorar... Historias al fin y al cabo de las que están hechas nuestras vidas.

Me pareció buena idea aprovechar este lugar para lanzar al viento algunas de las que he vivido, en cualquiera de los dos mundos, el real o el imaginario (igual de real, porque ambos pueden considerarse también imaginarios).

Bonita sensación la del que arroja una botella al mar con un mensaje, que no sabe donde irá y quien llegará a leerlo.

Aquí va mi botella, quizás alguna vez hasta sepa donde llegó...



sábado, 30 de octubre de 2010

Diálogos con Pekepo

No me sorprendió mucho cuando se apareció por primera vez. Ya hace mucho tiempo que había decidido no buscar explicaciones a todas las cosas raras que me sucedían. Las aceptaba y las incorporaba a mi normalidad, lo antes posible. Así que, al ver a ese pequeño ser encima de la mesa donde estaba intentando escribir, sólo le pregunté: ¿Tú quién eres? ¿Un elfo, un gnomo, un enano, un duende…?.

Él gritó indignado: ¿Un gnomo? ¿Un elfo? ¡¡Soy un Pekepo!!.

Yo, divertido y avergonzado, sólo me atreví a decir: Yo que sabía… Y eso de un Pekepo ¿qué es?.

Esta vez, su mirada pasó de rabiosa a perdonavidas... ¿No sabes lo que es un Pekepo? Pero ¿tú cuantos años tienes? ¿has estudiado algo en tu vida? ¿cómo puedes no saberlo? Es increíble… Y todavía hay humanos que se creen el centro de la creación… Panda de ignorantes…

Dejé que se desahogara y volví a preguntar: ¿me vas a decir quién eres y a qué has venido o vas a seguir insultándome mucho más rato?

- Ya te he dicho que soy un Pekepo, gran ignorante. Los Pekepos nos remontamos mucho más allá de los humanos. Estamos en la tierra desde mucho tiempo antes, bien es cierto que nuestro impacto sobre ella es prácticamente nulo, lo que no pueden decir otros… Los Pekepos, según cuentan nuestros libros más antiguos, estamos emparentados con los duendes. Hay quien dice, incluso, que somos un tipo de duende. Opinión de la que difiero, porque según mis propias averiguaciones…

- Espera, espera. Tampoco me cuentes todo desde los Adán y Eva duendes… Pasemos a la segunda pregunta: ¿a qué has venido delante de mis narices?

- Como te estaba diciendo, gran ignorante (empezaba a cargarme su prepotencia, para ser tan pequeñajo…), soy un Pekepo. Esto es, un Pequeño Poeta. Y he venido a ayudarte, aunque me tiente largarme por donde he venido. Por cierto, ¿te he explicado de donde vengo? Es muy interesante porque existe una puerta entre dimensiones que…

- Vale, vale. Corta el rollo, pequeñazo (palabra que me surgió de repente, mezcla de pequeño y peñazo). ¿A qué vas a ayudarme, si puede saberse?

- A escribir, aprendiz, a escribir. Voy a ayudarte a escribir. Soy un pequeño poeta y tú siempre has peleado con la poesía. Afortunadamente, habitualmente gana ella y no llegas a escribirla. Así que empezaremos por ahí y quizás continuemos con otras cosas. Porque tienes tanto por aprender…

¿A escribir poesía? Esto ya empezaba a sonarme bien. Es cierto que me gusta mucho escribir y que nunca lo había conseguido con la poesía. Lo que pensaba, me sonaba muy cursi antes de escribirlo, aunque lo sentía como bonito cuando lo leía escrito por otros. Quizás el pequeñazo este pudiera realmente ayudarme. Total, no tenía nada que perder con aguantarle un rato más y, en cualquier caso, llevaba una hora mareando el bolígrafo…

- ¿Tú sabes poesía?

- ¿No te he dicho que soy un Pekepo? Los Pekepo no sabemos poesía, somos poesía. La encontramos donde nadie la ve, porque la poesía es mucho más de lo que vosotros, ignorantes, creéis… La poesía está en todos los sitios, personas, cosas… Es la esencia de todo. Sólo hay que saber descubrirla para poder disfrutarla… Sin poesía no habría vida. La poesía…

- ¡Entendido! ¿Y has venido a ayudarme? ¿A ser un Pekepo?

- ¿Un Pekepo? ¿Podrás vivir 500 años, que es lo que te costaría llegar a serlo, si te aplicas profundamente?. No aprendiz, voy a intentar irte convirtiendo en poeta, muy poco a poco. Quizás, con el tiempo, vayas entendiendo lo que es la poesía, seas capaz de irla observando en los diferentes lugares y de extraerla tú mismo. Hasta ese momento, sólo escucha y aprende y, sobre todo, aprovecha bien tu oportunidad.

- De acuerdo, comprendido. Sólo una pregunta más, para la que te ruego una respuesta concreta. ¿Por qué vas a ayudarme?

- Muy sencillo, aprendiz, muy sencillo. Porque tú me has inventado.


Risikesh. Agosto 2008

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